Tengo descargada una app de noticias en la que recibo cualquier noticia que se produce en el mismo momento de tener conocimiento de ella. Esta app siempre pone en último lugar una relacionada con la previsión del tiempo para el día siguiente, acompañada de una fotografía (generalmente de gran belleza paisajística). Hace unos días apareció un amanecer bellísimo tomado desde el pueblo de Lluçà. Desconocía su existencia, aunque sí la de la comarca (mejor dicho, subcomarca) del Lluçanès.
Como no puede ser de otra manera, en cuanto cae en mis manos algo que me llama la atención, me sumerjo en la red buscando información.
Resulta que tal pueblo : Lluçà, es justo el que dió nombre a la susodicha subcomarca. Tiene una población de 79 habitantes y junto con otras poblaciones próximas llegan a la cantidad de 276 habitantes en la zona.
Esta subcomarca, el Lluçanès, se encuentra en un altiplano que oscila enre los 400 y los 700 m.s.n.m. al N. de la provincia de Barcelona, ya a tocar del Pre-Pirineo.
Viendo la información que iba recabando sobre él quedé asombrado de ver que tenía un monasterio románico : el Monasterio de Santa Maria de Lluçà, del siglo XII, que se encuentra catalogado por la belleza de su claustro; así como por las pinturas que posee a pesar de su diminuto tamaño.
A poco de llegar veo una antigua casa que no puedo resistirme a la tentación de fotografiar. Es algo que me toca la fibra siempre que veo alguna antigua estancia en estado deteriorado, abandonada o en ruinas pensando en el sudor que padecieron aquellos que la levantaron como morada de su familia y de su trabajo en la tierra
Cuando llegamos vemos el monasterio que sobresale entre la vegetación. Es de muy reducidas dimensiones y su parte trasera se encuentra al borde que un talud sobre un campo de cultivo. Es difícil llegar allí, a su ábside, por la vegetación del lugar (de la que no puedo evitar algunos rasguños y arañazos, ya que debido a las temperaturas de la fuerte época estival en que nos encontramos, voy con pantalones cortos y los brazos descubiertos). No puedo rodear el monasterio por su parte posterior pero veu que al pie del ábside aparecen los restos de unas tumbas antropomórficas (dichas así ya que están excavadas en la roca y tienen una oquedad que simula una silueta humana, en la que depositaban el cadáver del difunto y lo luego cubrían con una losa de piedra).
Como toda construcción eclesiástica de la época románica, la puerta se encuentra bellamente ornamentada con este tipo de “volutas” metálicas tan comunes en las ermitas de ese tiempo y el frontal del altar se encuentra cubierto con una preciada pintura policromada sobre madera.
En el claustro, muy pequeño, encontramos una maravilla de capiteles, ricamente labrados, que hacen una delicia observarlos
En una ala del claustro encontramos unos pequeños sarcófagos colgados a cierta altura y en otro lado, expuesta, una piedra troquelada con sendos soportes y un orificio en su interior que hacía las veces de fogones
Visto este pequeño y desconocido (por mi parte) monasterio seguimos 6 km. más y llegamos a la población de Santa Eulàlia de Puig-Oriol. Esta población tiene unas pocas casas y su iglesia al final de un apartado de una calle con una explanada donde poder dejar el coche. De hecho no tiene nada más de importancia, a excepción de su iglesia ... del siglo X, que se encuentra cerrada y con unos lugareños sentados en una improvisada mesa frente a su entrada haciendo los honores a una comida
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Miquel Rubio.
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