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Hola, de nuevo.
Vamos a cambiar de zona radicalmente. En esta ocasión vamos a movernos por la parte central-interior de Catalunya, la comprendida por las comarcas de La Conca de Barberà y La Segarra ... a tocar de la unidad geogràfica de relieve denominada “Depresión Central”.
La Depresión Central se denomina así por la orografía resultante, una vez desaguado el mar existente ahí, originada por el gran peso que suponía ese mar sobre terrenos “blandos” y que al evacuar hacia el E., donde se encuentra hoy día (mar Mediterráneo) dejó al descubierto una zona hundida y llana ocupando una parte del actual centro de Catalunya.
Esta zona se caracteriza por tierras eminentemente agrícolas y con granjas, principalmente dedicadas a la cría avícola.
Estas tierras tan aptas para el cultivo de cereales están salpicadas de diversas lomas aquí y allá, donde ancestralmente se aprovechó para asentar los núcleos habitados y dejar las tierra llanas para el aprovechamiento agrícola. Por ello es característico ver extensas zonas con pueblos ocupando esas lomas que salpican el paisaje y que, a la vez, actuaban como perfectas atalayas para el control del territorio.
Hoy vamos a ver un lugar que, si bien tuvo su especial relevancia en su tiempo (no en vano su primera mención data del siglo XI, en el año 1.079) posteriormente prácticamente desapareció del mapa.
Para ello me desvío de la carretera interior por la que voy y tomo unas pistas de tierra
Y en un punto concreto ya veo, en lo alto, uno de los objetivos que me he propuesto para hoy
Poco antes de llegar, algo más bajo, encuentro los restos de construcciones mucho más recientes que igualmente tuvieron sus días de vida y que ahora ya son cosa del pasado
Prosigo el camino y aparece la construcción que ya hemos visto bastante antes de llegar : lo que fue la iglesia de Sant Pere Sabella, del siglo XIII
con una curiosa espadaña en la que, en lugar de la típica cruz, vemos que hay tres “medallones” con la cruz gravada en su interior (por otra parte, comunes en esta zona en las edificaciones religiosas con varios siglos de exitencia en sus espaldas)
Accedo a ella, con la entrada romànica lateral (por el día nublado de la fotografía que pongo ya se ve que es de otra ocasión que estuve ahí ya que la que hice este día no quedó bien) y frente a ella hay un sepulcro con unos incipientes escudos gravados en su tapa, aún con los restos del Señor de Sabella en su interior y un segundo cráneo mezclado entre los huesos que alguien debe haber removido y que no debería estar ahí, a la intemperie, sino debidamente resguardado en algún museo o lugar acorde de la zona.
A continuación me dirijo al bosque de la parte posterior de la iglesia y absorvidas por la vegetación del paso del tiempo veo restos de antiguas construcciones
Poco después encuentro los restos de lo que debió ser la antigua muralla que circundaba, cerraba y daba cobijo al recinto
Sigo adentrándome en el bosque, como puedo, abriéndome paso entre la vegetación que con el transcurso del tiempo ha ido creciendo sin orden ni concierto y llego a un montículo, que es la parte más elevada del terreno
Subo para ver la vista desde allí y otear el horizonte y cual es mi sorpresa al ver que justo ahí se encuentran los restos de una torre circular. Sin duda una torre de vigía y observación y bajo ella, a sus pies, un montón de piedras que deberían ser de ella misma y que se han desplomado con el tiempo
Sigo avanzando y encuentro más restos de edificaciones ...
Y poco después lo que tiene la absoluta evidencia de ser otra muralla.
Las murallas solían construirse con bloques de piedra debidamente tallados o encajados en ambas paredes exteriores dejando cierta distancia entre ellas, que posteriormente rellenaban de materiales diversos para darle la consistencia adecuada para resistir los envites de cualquier posible ataque, mucho mejor que si se tratara de un simple muro que podía derrumbarse sin mayor esfuerzo
Justo a la derecha de la imagen hay una parte rota, por la que salgo y más allá ya hay solo bosque, sin ningún resto más de construcción alguna y desde donde puede verse perfectamente que se trata de la muralla exterior de esta parte, opuesta a la por la que he entrado
Se trata de lo que fue el diminuto pueblo fortificado de Sabella, del cual hay su primera referencia en el año 1.079, como he dicho al principio.
Este recinto constaba de un castillo y de 4 o 5 casas más que, a raiz de la peste negra que azotó esta zona en el siglo XV acabó desapareciendo.
Desde la parte posterior de la iglesia (por donde he accedido a través del bosque) se encontraba un foso de unos 6 m. que lo separaba de ella (y que yo erróneamente lo he asociado a las irregularidades del terreno) y la muralla que he encontrado que rodeaba y protegía al trecinto.
Bueno, así pues, ya os he presentado alguna cosa más de aquí.
Espero que con estos relatos, muy distintos a vuestro país, paséis unos buenos ratos distraídos leyéndolos y viendo las fotografías
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Miquel Rubio.
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